Una asistente a una conferencia me pregunta si "estas cosas culturales" no se aprenden solas, viviendo en el país. Esa es su opinión. No es necesario leer libros, ni asistir a cursos.
Gegenfrage. Contrapregunta, como dicen los alemanes. ¿Le dirías a un extranjero que viene a vivir a España que no necesita cursos de lengua, porque ya la aprenderá por inmersión?
De los miles de extranjeros cuyo dominio de una L2 conozco a fondo (mis alumnos, extranjeros residentes en Alemania que hablan alemán, extranjeros residentes en España) sólo recuerdo a uno que había aprendido un español muy bueno así como quien no quiere la cosa. Era un portugués. Yo tenía que hacerle el test de nivelación de los cursos de la universidad.
La primera pregunta de la parte oral del test es siempre ¿dónde has aprendido español? ¿cuánto tiempo? ¡Cuál fue mi sorpresa cuando me dijo que nunca! Había aprendido viendo películas, que en Portugal no están subtituladas. Y tenía amigos españoles con los que hablaba en español. Su fluidez, acento, corrección... eran muy buenos.
Hay personas (adultos y adolescentes) capaces de aprender un idioma extranjero de manera casi autónoma y sin instrucción. Pero no son muchas. Ni siquiera hay muchas dispuestas a hacerlo. Si al menos se plantearan intentarlo habría más. Pero ninguna ha aprendido sin ayuda al menos de libros y materiales hechos para el aprendizaje.
Con la cultura ocurre lo mismo. Conozco cientos de extranjeros que viven en otro país: en España y en Alemania. Muchos, tras 40 años inmersos en la otra cultura, aún no se han dado cuenta de la mayoría de los puntos tratados en "Gramática de la cultura". Ni siquiera muchos casados con alemanes, con hijos alemanes. Ni siquiera muchos que dominan el alemán. "Gramática de la cultura" recoge bastantes historias protagonizadas por ellos.
Cuando respondo esto a la asistente que preguntó, otra profesora, que también está escuchando mi conferencia, interviene. Quiere confirmar lo que estoy diciendo: su padre es alemán y ellos han sufrido mucho por las diferencias culturales. Hasta que al final ella ha optado por decirle: si me quieres hazlo así. No ha encontrado otra vía.
Allá donde voy encuentro testimonios como el suyo. Gente que me ruega que siga explicando porque, dicen, "ahora entiendo mi vida." El año pasado, en este mismo lugar, ofrecí otra conferencia. Una de las profesoras, al salir, se acercó y me dijo: acabas de salvar mi matrimonio. Estoy casada con un alemán, tengo muchos problemas, y ahora entiendo por qué.
La inmersión no garantiza el aprendizaje de las pautas sociales necesarias para la comunicación, igual que no garantiza el aprendizaje del idioma. Muchos extranjeros, tras larga residencia en un país, han desarrollado ciertas estrategias lingüísticas y culturales de supervivencia. Pueden ir al supermercado, hacer la compra, contarle lo básico al médico... Y se han acostumbrado a vivir así, con esa tremenda limitación, inseguridad, desorientación... Tanto en lo lingüístico como en lo cultural.
Hay quien piensa que a golpes se aprende. Meterás la pata cien veces, pero no 101.
¿Es necesario aprender a golpes? ¿Qué se aprende? ¿A esperarlos? ¿a saber cuándo van a llegar y protegerte la cara con las manos? ¿Es eso lo que queremos aprender? ¿No sería mejor aprender a entender las situaciones y manejarlas de modo que no se produzcan golpes, o que yo no interprete y sienta como golpes conductas que no pretendían serlo?
¿Y todos esos que necesitan aprender a comunicarse con otras culturas pero no viven en situación de inmersión?
¿Cómo aprendemos las pautas de conducta social? Las neuronas espejo.
M. Victoria Escandell expuso en una interesantísima conferencia ofrecida el 15 de Marzo en el Inst. Cervantes de Madrid (que resumiré en varios posts de este blog) la explicación de este aprendizaje diferente de los niños y de los adultos.
De niños aprendemos pautas sociales de manera inconsciente, por imitación e inmersión. Hoy sabemos que eso se debe a las neuronas espejo. Llega un momento en que ese proceso se ralentiza. De adultos también aprendemos, pero ya no tanto de manera inconsciente, imitativa, automática… sino por instrucción explícita, de manera más consciente, menos intuitiva.
El aprendizaje tardío de normas sociales se produce de manera distinta. En adolescentes y adultos es necesaria la enseñanza explícita de reglas que les permitan monitorizar su actuación.
Los malentendidos culturales son tanto más graves cuanto mayor es el dominio lingüístico de la persona, ya que se esperan menos errores. Los errores culturales cometidos se atribuyen a su personalidad (grosero, arrogante, egoísta, frío) y no a un desconocimiento de patrones culturales que usamos de manera inconsciente, no podemos explicar y por tanto no sabemos que existe gente que los desconoce. Creemos que son universales.
La cognición social tiende a fosilizarse: considero universales los patrones sociales aprendidos en mi cultura. Cuando hablo con otro en una lengua que para mí es extranjera, tiño mi uso de su lengua de los patrones sociales de la mía. Ni mi interlocutor ni yo lo sabemos. Esto produce innumerables problemas de comunicación.
En su conferencia M. Victoria Escandell ilustró esto con 3 excelentes ejemplos: ¿cómo damos las gracias por un regalo? ¿Cuándo consideramos que hay que disculparse y cómo? ¿Cómo rechazamos una invitación a una fiesta? En otros posts de este blog se resumen y comentan sus interesantes aportaciones. Puedes leerlos aquí
Lee en la columna de la derecha cuál fue la experiencia de Eduardo, estudiante en Alemania, a este respecto.
Lee aquí un ejemplo de cómo nuestra lengua nos ha enseñado a ver el mundo de una manera determinada, nos ha enseñado que la frase "si se puede saber" es un reproche, no una petición de permiso, y con ello nos lleva a esperar encontrar determinadas puertas abiertas, que en otros idiomas se espera encontrar cerradas.
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Mario (domingo, 17 marzo 2013 11:03)
Totalmente de acuerdo contigo. Además, aunque la gramática parezca muy objetiva no se puede entender plenamente sin el componente cultural de la sociedad o sociedades que hablan dicha lengua. Y eso se enseña al tiempo que la gramática, la fonética, etc.
Natalia Pérez de Herrasti (domingo, 17 marzo 2013 13:13)
Gracias Mario.
Más que entender la gramática, creo que comunicarse efectivamente no es posible sin conocer bien la cultura. Aquí un ejemplo de cómo nuestra lengua influye en nuestra manera de ver el mundo:
http://herrasti.jimdo.com/2013/01/28/leseprobe-2-de-peripecias-de-hispanos-en-alemania-si-se-puede-saber-no-es-lo-mismo-que-wenn-ich-fragen-darf/