La cultura alemana se orienta más al largo plazo que la española. Se trabaja, planifica y piensa con mayor antelación. Esto se refleja en múltiples facetas de la vida, desde el modo de trabajar de los estudiantes, al de las empresas. Muchos extranjeros en un principio reaccionan con rechazo ante el estilo español, que en un primer momento les parece caótico. Pero el CEO de Birchman Group dice que cuanto más conoce este estilo más le gusta.
"Cuántos más años trabajo en Europa más me gusta en enfoque español."
Esto afirma Phil Thistlethwaite, CEO de The Birchman Group.
Para leer su artículo, que compara a españoles y británicos en sus modos de trabajo, (Cultural impacts on project management- Anglo-Saxons versus the Spanish) y explica por qué le gusta cada vez más el enfoque español, pulsa aquí.
Así describe ambos estilos:
El estilo anglosajón (y el alemán más aún) es más planificado. Se planifica con gran minuciosidad y se aplica un nivel alto de esfuerzo durante un largo periodo de tiempo. Al final hay una fase de pánico que dura aprox. un 15 % del periodo total.
Al principio se concentran en cumplir requisitos previos y elementos de diseño, y tratan de bloquear posibles cambios por parte del cliente. Se basa en unos cuantos trabajadores heroicos que suplen los déficits de otros que hacen lo justo.
En el enfoque español se elimina la planificación innecesaria. A veces incluso prescinde de toda planificación. Al principio esto le ponía los pelos de punta. ¿Cómo podían llevar a cabo proyectos con éxito? Con el paso del tiempo, dice, entendió cómo lo hacen. Y también entendió por qué. Tienen, dice, un enfoque orientado a la familia y a conseguir un equilibrio entre trabajo y vida privada (un alemán escribe con admiración: los españoles no dejan de vivir cuando trabajan.) La fase preliminar dedicada a elementos de diseño y requisitos previos les parece muy conceptual. Piensan que habrá que cambiar a medio camino, cuando el cliente descubra qué es lo que verdaderamente quiere.
El enfoque español dedica muy poco esfuerzo durante el primer tercio del periodo dedicado a un proyecto. Durante esta fase recargan sus baterías, disfrutan de la vida, dedican tiempo a su familia y dejan que las cosas sigan su ritmo. En el segundo tercio aumentan su esfuerzo y en el último tercio trabajan como locos una cantidad sobrehumana de horas. Negocian, debaten, acuerdan... No ven a sus familias pero entregan el producto.
El español al principio le pareció caótico y fue un shock para él. Supone dejar casi todo abierto hasta el final, dando por hecho que de todos modos va a a haber muchos cambios de parecer y circunstancias. Se hace mucho esfuerzo al final y se planifica poco antes, es decir, se trabaja menos tiempo pero con gran intensidad y esfuerzo. Modelo "sprint final." En cambio el estilo anglosajón implica mantener un esfuerzo intermedio durante un periodo de tiempo más continuado.
LA ORIENTACIÓN A CORTO/LARGO PLAZO EN LA VIDA DE LOS ESTUDIANTES.
Curioso pero ese es el estilo también más generalizado entre los estudiantes españoles ante los exámenes frente a los estudiantes alemanes, que tanto me chocó durante años. Este es el estilo que cada vez le gusta más.
Durante los primeros años en Alemania contemplaba a mis estudiantes asombrada. Cuando llegaba a clase con los exámenes bajo el brazo los veía sentados, tranquilos, con sus apuntes y libros en la mochila. Cuando me esperaban en el pasillo para hacer un examen oral algunos miraban la blanca pared de enfrente y parecían tener la mente igualmente en blanco, en una especie de meditación zen. Yo me reía y preguntaba: ¿no tenéis ganas de repasar? Asombrados me decían: noooo, ¿por qué?
Y recordaba imágenes vividas cientos de veces en las aulas de la Universidad Complutense, en mis años de estudiante o en mi colegio. Salas llenas de estudiantes histéricos, preguntándose mutuamente algún apartado de sus apuntes que pensaban tener más flojos, repasando los puntos de sus esquemas que no habían alcanzado a releer en el trayecto del autobús que les había llevado a la Ciudad Universitaria. Esos quejidos de última hora:
¡Ay tía que no me lo sé, que no me acuerdo de nada! ¡Seguro que va a preguntar justo las lecciones que me he saltado! ¡Qué nervios! ¡Me va a dar algo!...
Sólo Bea, tan alemana ella (en su carácter, que yo sepa no ha puesto un pie en Alemania) estaba tan tranquila, con sus perfectos resúmenes y apuntes, segura de que había preparado lo que consideraba conveniente y lo que no, bien dejado estaba. Bea desde el principio de curso había ido decidiendo qué iba a leer y qué no, y tenía todos sus resúmenes bibliográficos redactados con perfecta caligrafía. Y mi amiga Maria José y yo la mirábamos muertas de envidia.
Mis estudiantes alemanes suelen tener bastantes problemas a la hora de organizar sus estancias de estudios en el extranjero: la universidad alemana les pide que entreguen un documento que especifique los cursos que van a realizar en la universidad española que quieren visitar el semestre siguiente. Ellos intentan cumplir ese requisito y vienen a mi despacho desesperados con cartas de secretarias de Dpto. españolas muy desconcertadas. Vienen a decir: ¡no podemos enviarle el programa de cursos del Semestre de Verano X porque aún no se ha redactado ni publicado! En Alemania entregamos en Diciembre el programa para el Semestre de Verano siguiente, el que comienza en Abril.
Yo de momento estoy en una fase de readaptación. Eso hace que el estilo sprint final español me resulte mucho más difícil de digerir que a Thislethwaite. Pero estoy en ello.
No olvides que, para comunicarse, conocer la cultura es tan o más importante que dominar el idioma. Lee lo que dice Eduardo sobre su experiencia al respecto en la columna de la derecha.
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